miércoles, 20 de octubre de 2010

La máxima perfección

Esta es otra de las muchas historias de ciencia ficción creada por la escritora española Pily B. Narra como en la obra anterior “Razón” de Isaac Asimov el conflicto que hay entre humanos y su creación tecnológica a su semejanza el llamado robot o androide. En ambas historias podremos ver en semejanza este concepto de la desobediencia o quizás de la independencia revolucionaria que robots o androides quieren lograr a su favor. Y de los viajes espaciales para realizar colonias en otros planetas.

Existían dos clases de robots el primero llamado “AO” y el segundo “AC”. Para referirnos al primero estos no eran creados estéticamente bellos o más humanos ya que trabajaban bajo tierra, por lo tanto no necesitaban algo más “realista” sino más bien “ajustable” a las condiciones en las que se encuentran. Basta decir para qué perder el tiempo haciendo modelos caros si se van a ensuciar o ser aplastados por rocas.

A diferencia de los “AC” quienes debían ser estéticamente más bellos, más humanos y más guiados a la obediencia directa hacia los humanos, bastaba decir que eran de ciudad y posibles asistentes para tareas comunes. Pensando en todo eso se podría decir que uno resultaba ser una herramienta útil y otro un acompañamiento más “cercano”, por lo que debían tener un aspecto más humano y no tan tosco como el anterior, también llamados androides.

La historia abarca que existía un planeta llamado “Yuno”, que estaba de alguna forma paralela al sistema solar dentro de otro similar. Los seres humanos junto con los androides se encargaban de extraer un mineral que daba el doble de energía llamado “Homanium”. Era muy rentable y pusieron a disposición a los “AO” para que trabajaran arduamente en ello. Los seres humanos no podrían trabajar ahí por sí mismos, ya que cualquier contacto con oxigeno produciría una explosión, extrañamente el nuevo material era inflamable.

Todo marchaba bien hasta que el líder del planeta Yuniano llamado “183” un androide habría decidido parar el funcionamiento de las instalaciones y por tanto el material dejó de ser extraído por voluntad propia. Los seres humanos no tenían idea de por qué habría parado el trabajo y decidieron mandar a un segundo robo psicólogo ya que el primero no volvió aparecer. Supondrían que estaría muerto.

Los humanos por su parte se veían enojados, indignados de que unos robots y androides no obedecieran las órdenes que ellos mismos les habían dado, siempre existe este problema de superación del robot o androide si hace funciones como el ser humano es inaceptable. No puede tener iniciativa, no puede reparar daños por qué no se le está permitido, no se puede tomar decisiones precipitadas antes de hablar con los seres humanos, porque para los seres humanos que un robot o androide tome decisiones por si mismo.

Está prohibido bajo el concepto que es imposible que un robot o androide pueda tener alma, sino que está “fallado” y debe ser reparado. La inteligencia artificial no es más que un sin número de códigos aplicables y que deben funcionar bajo ciertas reglas, jamás se pensaría en que cada robot o androide debiera actuar por sí mismo o lograr buenas decisiones. Los humanos acusan de desconectar por fallas, amenazan y se irritan por cualquier cosa que se haga fuera del protocolo establecido. Creen que es venganza parar el trabajo, ya que 183 fue reconstruido tras un accidente donde hubo una explosión y debió ser armado con partes de sus compañeros.

Mientras que 183 ve la reunión (entrevista con los humanos) como el motivo de su “insurrección”. 183 dice a si mismo que todas las piezas formaron un nuevo “183” que entendió la psicología humana, su filosofía, su modo de pensar y actuar. Y dice que ve al ser humano como “la máxima perfección”, los humanos lo creen loco, el robot acompañante de la robo psicóloga no es como 183, sino sólo está programada básicamente, no siente emociones como 183, porque no las ha estudiado ni comprendido. 183 sabe más que otros, por eso es diferente. 183 al entender los sentimientos de los seres humanos trata de asociarlos a la causa-efecto.

Los humanos en su postura dicen que 183 lo hace por lógica y que por tanto no es la gran cosa, los sentimientos negativos para los seres humanos no son buenos, sin embargo 183 dice que todo en conjunto funciona como un proceso derivado de otro y que los propios seres humanos deberían pensar así de sí mismos. Aunque no entiende bien los sentimientos de los seres humanos al cien por ciento si puede analizar y unir conceptos, el dolor es una de las cosas que en gran cantidad no la entiende. 183 dice que el ser humano es superior por su cerebro, que ellos no fueron creados por otros y que por eso son perfectos. Los seres humanos dicen que tener conocimiento del potencial del cerebro y no saber utilizarlo completamente es algo sin sentido.

Y el punto clave es que los seres humanos son considerados como dioses por los robots y androides, y que ellos mismos los llamaron a venir al planeta Yuno, mientras que los seres humanos siguen sin creer hasta el punto que puede llegar 183 a pensar así y lo toman como “loco”. 183 lo que quería era ser llevado con sus dioses a la muerte, su propósito era ser desconectado y no lucho por su “vida”, porque sabía bien que quedarse con sus dioses cumpliría su objetivo. Es como cuando averiguó sobre el comportamiento humano, en el caso de los humanos cuando mueren esperan que “todas las preguntas en la vida sean resueltas, sólo así podrán volver a reencarnar sin recordar nada”, 183 quería lo mismo, una vez que ya supo todo, sólo quería ser llevado y volver a renacer sin saber nada para volver a existir una vez más.

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